Si bien es cierto que se puede tener
unos labios suaves por naturaleza, eso no quiere decir que el hecho
de que no sea así te impida lucirlos tratándolos. ¿Y que mejor
forma de tratarlos que con algo que no se gaste? Así es, todo lo que
necesitarás es... ¡Un cepillo de dientes!
Lo que yo hago es lo siguiente: Me
lavo los dientes, y según acabo cojo otro cepillo de dientes que
tengo exclusivamente destinado a esto, le pongo algo de pasta
dentífrica y la froto por los labios, con mucha suavidad, no tenéis
que hacer ningún tipo de presión, sólo pasarlo por la superficie
del labio un par de veces con mucho mimo.
Cuando acabo, seco mis labios e
inmediatamente aplico cacao de labios sobre ellos. Esto es totalmente
necesario, ya que si los exfolias y no les aplicas hidratación se
resecarán y conseguirás el efecto contrario al buscado. Y ya está.
Listo. Labios suaves para todo el día. Además si te acostumbras a
hacerlo, poco a poco van tomando esa cualidad. Si lo probáis,
contadme qué tal!
Dos consejos más: Primero, es mejor
utilizar cacaos que no contengan un ingrediente llamado petrolatum,
ya que en vez de hidratar los labios los sella, crea una falsa imagen
de labio hidratado y al final dependes totalmente de estar
re-aplicando el producto. Segundo, vigilad la sensibilidad de
vuestros labios frente a esto. Los míos por ejemplo casi no se
resienten (también tiene que ver con que he aprendido a hacerlo con
la suavidad que conviene, pero eso es cuestión de práctica) pero
los tuyos podrían resentirse más. Con esto quiero decir que es
conveniente ajustar la frecuencia con la que se hace. Si vigiláis
que no se resientan vuestros labios, aquí tenéis un magnífico tip!
No hay comentarios:
Publicar un comentario